Por Berna Valle @BernaValle1
Nuestro gobierno ha logrado cambios históricos: aumentó el salario mínimo en un 45% sin los pronosticados efectos negativos en la inflación.
Nuestro gobierno garantiza atención médica a millones de mexicanos en este difícil período de pandemia.
Contra todo pronóstico apocalíptico nuestra nación ha salido adelante, tan sólo en dos años, cinco meses, y dos días (884 días en total) hemos logrado profundos cambios en nuestro país.
Como nunca, se ha apoyado con becas universales a estudiantes de todos los niveles y modalidades de educación pública.
Por primera vez se está buscando combatir el crimen con una estrategia evidente: cambiando las condiciones políticas, sociales, y económicas de los ciudadanos, en lugar de matar a quienes erraron el camino.
Ante un panorama de acciones sociales, claras y con excelentes resultados; el partido conservador está desesperado.
Tan sólo en Jalisco, el árbitro electoral canceló el registro a 481 candidatos de Morena a partir de pruebas falsas.
En cambio, los otros partidos, que tienen gastos mucho mayores a los de Morena, ni los fiscalizaron.
Vale la pena usar como ejemplo el caso Jalisco, ya que sucedió lo mismo en las gubernaturas de Michoacán y Guerrero.
Además, el árbitro electoral canceló candidaturas a diputaciones, municipalidades y regidurías en Hidalgo, Zacatecas, Baja California, Colima, Coahuila, Yucatán, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Sonora, Veracruz y Puebla.
Ese es el proyecto del partido conservador. Apostar a un Estado de Derecho autoritario e injusto.
Seis consejeros del Instituto Nacional Electoral, al servicio del partido conservador y bajo un argumento de discrecionalidad, presumen sus “democráticas” cancelaciones de candidaturas, como si se tratara de un triunfo para el bienestar social de los mexicanos.
En el camino de sus decisiones, dejaron en ridículo a sus líderes e instituciones serviles.
Hacer valer la ley con base en evidencia falseada e inventada es la firma personal del proyecto conservador.
Hoy han vuelto a hacer lo mismo de siempre, pero nos dejan el siguiente mensaje: “Para el partido conservador sólo hay ciudadanos de primera y ciudadanos de cuarta. Los de primera son los conservadores y los de cuarta, todos los demás.”
Ese es el proyecto del partido conservador y de la alianza opositora. Poner sus tacones finos sobre nuestras cabezas y hundirnos en el estiércol de sus infamias.
Durante décadas nos hicieron creer que sólo los conservadores tienen derecho a calles limpias, a parques familiares con excelente mantenimiento en predios públicos de 40 hectáreas, espacios familiares con tres lagos incluidos y una panorámica tipo Houston – me refiero al hermoso parque público “La Mexicana” ubicado en la zona residencial de Santa Fe, Cuajimalpa– Desde luego, todo pagado con nuestros impuestos.
Nos hicieron creer que los mexicanos de segunda, tercera y cuarta, somos sus súbditos, que existimos en el mundo sólo para trabajar y pagar con nuestra vida su sistema de recolección de basura, su iluminación, su infraestructura, sus exoneraciones de impuestos, sus vacaciones al extranjero, sus casas en el Jiuston mexicano de Santa Fe, Cuajimalpa.
Nos hicieron creer que merecemos vivir en crisis por siempre, que está bien que nos hagan retención de los impuestos para luego deducirlos en beneficio de sus utilidades.
Nos dijeron “está bien robarle al trabajador y al Estado, ese es nuestro privilegio, nos lo ganamos”.
Últimamente, derrotados y desesperados, los ideólogos del partido conservador salen a decir que estamos en contra de vivir bien.
Eso es otra mentira. Eso es falso. Un privilegio no es igual a vivir bien. Todos queremos vivir bien. Este es el gobierno del vivir bien para todos.
La cuarta transformación no tiene nada en contra de lugares como el Jiuston mexicano, o ese hermosísimo parque de “La Mexicana”.
Todo lo contrario. Yo al igual que otros treinta millones, quisiéramos ver esa infraestructura pública y cuidado de los espacios públicos, en el Bosque de Tláhuac, en el Valle de Chalco, en la Carretera de Chapala a Guadalajara, en el transporte público de la sierra de Chihuahua.
Estamos viviendo nuevos tiempos. El bienestar y la abundancia del dinero público el día de hoy, por fin llega a los que más lo necesitan; y no a las familias del partido conservador.
El proyecto del partido conservador lucha por un grupo de familias que no quieren dejar de vivir como millonarios con dinero del gobierno, succionado las cuotas de la seguridad social del trabajador y robando los impuestos de la ciudadanía.
El 6 de junio, finalmente se enfrentarán a la revolución de las conciencias.
Ni mil cancelaciones de candidaturas podrán frenar a Morena. Nosotros, los ciudadanos de la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México, no votamos por candidatos.
Votamos por una transformación verdadera. Por eso, antes de la elección, ya ganamos.
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M21