Por Berna Valle @Berna Valle
“A mí me hubiese gustado ejercer el periodismo así como me gusta la historia y me gusta el beisbol… No hay revolución sin periodismo… El periodismo es un oficio muy humano que llena de satisfacción, que requiere abnegación, principios e ideales… Un revolucionario es al mismo tiempo periodista.”
Con estas palabras hoy el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, nos invita a reflexionar sobre el camino que todos tomamos respecto a nuestra vocación.
Elegir una profesión no es tarea simple, porque tal como diría J. R. R. Tolkien, no todo lo que reluce es oro, ni toda la gente errante anda perdida.
Una profesión al igual que muchas otras cosas en la vida, es un derecho legítimo de todo ser humano, pues a través de ella se halla una completa libertad y satisfacción.
Pero no hay que confundirnos, ya que esto no significa que esta elección sea una sola en la vida. Pues en la medida en que nuestro pensamiento se desarrolla, también evolucionan nuestros intereses.
Hoy nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, nos invita a soñar con las posibilidades de ser y dedicarnos a aquello que nos brinde Satisfacción y Libertad.
Dejemos atrás ese pensamiento neoliberal de eficiencia, de ser únicamente una herramienta más del sistema y permanecer encadenados a una profesión por el resto de nuestras vidas.
Tomemos como ejemplo de lo que no debemos hacer, a todos esos pseudoperiodistas, merolicos de la derecha neoliberal, quiénes son por mucho, una vergüenza para su profesión. ¿Qué felicidad puede haber en mentir a sueldo?
En los tiempos del neoliberalismo, aquella frase de Cristina Pacheco “aquí nos tocó vivir” era lapidaria… como si no existieran más posibilidades.
El gobierno de la Cuarta Transformación es justamente una invitación a romper esos moldes y a construir un país donde nos guste vivir y donde no tengamos que conformarnos con lo que tenemos.
El doctor Isaías Badillo, una de las mentes creativas más importantes que ha nacido en este país, alguna vez me dijo que una persona para ser feliz debería de cambiar de profesión cada 10 años.
Personalmente creo que uno debería ser médico, abogado, antropólogo e ingeniero, antes de elegir una profesión a la cual dedicarse.
El proyecto de la cuarta transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo es una invitación a repensarnos como sociedad, sino también como individuos. A buscar incluirnos en los proyectos en los cuales nos sentimos felices.
No hagamos caso a los miedos que la derecha trata de infundirnos respecto al cambio verdadero. Como dijo nuestro autor preferido -y amo de los caminos- “donde no falta voluntad siempre hay un camino”.
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M21