El mayor reto para Joe Biden será reconstruir un país dividido.
Es un desafío difícil, expresaron académicos expertos en temas internacionales, toda vez que el tejido social está afectado y sus instituciones debilitadas.
No obstante, el gabinete del nuevo mandatario estadounidense está dispuesto a poner por delante el “nosotros antes que el yo”.
En eso coincidieron Silvia Núñez García y Benjamin Juárez Echenique, del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en Los Ángeles y Boston, respectivamente, así como Paz Consuleo Márquez-Padilla García, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte.
En la conferencia a distancia “Retos de la presidencia de Joe Biden”, organizada por la UNAM, Silvia Núñez García resaltó que “el optimismo es un esfuerzo de la voluntad. Estamos por ser testigos de un momento importante en la historia del viento país”, dijo.
Confió en que Biden tenga la capacidad de constituirse como un verdadero estadista y en hacer realidad promesas tales como regularizar a 11 millones de indocumentados y vacunar a 100 millones de estadounidenses.
Por su parte, Benjamín Juárez Echenique sostuvo que Biden recibe una nación marcada por la violencia de la extrema derecha y sobre todo por una división ideológica.
Al referirse a la toma violenta del Capitolio el pasado 6 de enero, es un escenario inédito ya que Donald Trump podría enfrentar un juicio, lo que pone en juego la sanción y la justicia.
En tal sentido, mientras los demócratas tratan de responsabilizar a Trump por incitación a la violencia, los republicanos han pedido un perdón inmediato, unidad y olvido.
En este escenario, Biden debe redefinir la identidad de qué es ser americano, “hacer responsables a los responsables, reconstruir el tejido roto. No será nada fácil, porque no se puede ocultar la basura debajo del tapete, hay que limpiar a fondo cada una de las esquinas de esta difícil narrativa”, expuso Juárez Echenique.
Pero si castigan a Trump, como lo hicieron con la enmienda 25 y con el impeachment, se incrementaría el odio, consideró Paz Consuelo Márquez Padilla.
A ello se agrega que Trump podría pasar los próximos cuatro años en campaña, persistiendo en destruir y obstaculizar el gobierno de Biden, expuso.
El presidente entrante, expresó, “no la tiene fácil, él quiere hablar de otros temas, de esperanza, sanación física con las vacunas, que la economía vuelva a estar bien. Si siguen enredados, las posibilidades son poco esperanzadoras”.
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M21